Capacidad del empresario franquiciado para afrontar y resolver, en base a su propia fortaleza psicológica y espíritu de superación, los retos y la presión inherente a la gestión de un negocio propio. Es verificada en el perfil de un candidato entre las múltiples facultades que debe reunir un franquiciado ideal a efectos de una concesión definitiva de la franquicia.