Disposición contractual que impone al franquiciado la obligación de abastecerse de un determinado proveedor, en todos o algunos de los productos comercializados por la franquicia, ya sea el propio franquiciador u otro que este mismo determine. Estos pactos son válidos cuando sean necesarios para mantener la identidad y reputación comunes a la red y cuando lo exija la garantía de ofrecer un grado de calidad determinada de los productos o servicios ofrecidos por ésta.