Factor o elemento diferencial que, a modo de factor o activo estratégico, caracteriza un producto o una empresa respecto a su competencia. Las franquicias necesitan disponer y potenciar este tipo de facetas distintivas para plantear una propuesta de negocio y asociación comercial que resulte lo suficientemente competitiva ante potenciales clientes y franquiciados. Estas claves de diferenciación suelen presentarse como una información de valor en la ficha técnica con la que la enseña se presenta en directorios especializados.