Conjunto de competencias relacionadas con la comunicación, dirección de personas y equipos y delegación de responsabilidades que un directivo debe dominar para optimizar su gestión empresarial. El franquiciador, ante el cambio de concepto empresarial que implica la dirección de una central franquiciadora, deberá potenciar estas aptitudes, bien sea desarrollando su capacidad natural, si la tiene, o formándose específicamente al efecto.