Ventaja competitiva o de posicionamiento que en el mercado se adquiere con la comercialización de un determinado producto o servicio, la explotación de una marca o el ejercicio de una actividad específica. El saber hacer del franquiciador ha de aportar al franquiciado un valor añadido evidente, esto es, suficientes factores y elementos de competitividad. Así, según establece el Reglamento UE 330/2010 de la Comisión, el saber hacer ha de ser sustancial y por tanto indispensable para que el franquiciado pueda realizar el objeto contractual y explotar con efectividad su unidad de negocio.